Antonio Gala;siempre sensible y entrañable.

¡Alegría!
La alegría de que yo hablo no tiene horarios, no es una guía
de ferrocarriles, no es jijijí, ni jajajá. Mi alegría es el sudor de
la vida, que cae, que se levanta, que se monta a un trapecio,
y que se escoña pero se vuelve a levantar. ¡La vida!